Cuarto domingo de San José
Ofrecimiento
¡Glorioso Patriarca San José! Venimos a dedicarte los siete domingos antes de celebrar tu festividad el próximo día 19 de marzo, vamos a orar siguiendo tus dolores y gozos. Te ofrecemos nuestra oración; recíbela y hazla tuya, para que merezcamos recibir las bendiciones y gracias de Jesús. Amén.
Antífona para todos los días
¡Bienaventurado San José! A quién le fue concedido no sólo ver y oír al Hijo de Dios, a quién muchos quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron, sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo.
Cuarto dolor y gozo
Del Evangelio según San Lucas (2, 28-35)
Simeón bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel». Su padre y su madre estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción -y a ti misma una espada te traspasará el alma-, para que se pongan de manifiesto los pensamientos de muchos corazones».
Cuarto dolor: Simeón los bendijo, y dijo a María, su madre: «Este ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; y será como un signo de contradicción.
Cuarto gozo: Las palabras de Simeón: Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».
Oración
Bienaventurado San José, por el dolor y el gozo que experimentaste al escuchar las palabras del anciano Simeón: Intercede por nosotros para que podamos estar siempre cerca de nuestros mayores y sepamos acoger las palabras que salen de sus labios y el testimonio que nos dan con sus vidas.
Padrenuestro. Ave María y Gloria.
Oración del Papa Francisco a San José (final para todos los domingos)
Salve, custodio del Redentor
y esposo de la Virgen María.
A ti Dios confió a su Hijo,
en ti María depositó su confianza,
contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José,
muéstrate padre también a nosotros
y guíanos en el camino de la vida.
Concédenos gracia, misericordia y valentía,
y defiéndenos de todo mal. Amén.
Conclusión
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.